El día de ayer 15 de septiembre de 2008 justo alas 11:00 de la noche, cuando me encontraba en el centro de mi ciudad en las celebraciones del grito de independencia, tuve que ser testigo de uno de los mas lamentables acontecimientos sucedidos en la historia de esta ciudad y este país, 2 granadas de fragmentación, fueron lanzadas a cerca de 300 metros del lugar donde me encontraba, específicamente en la Plaza Melchor Ocampo y en una de las calles aledañas, Andres Quintana Roo. Como se imaginaran, en el centro había congregadas miles de personas, que festejaban tranquilamente hasta que se escucharon las dos explosiones, las ambulancias hicieron acto de presencia, cuando se empezaba a comunicar que al menos tres personas habían perdido la vida y cerca de 35 habían resultado heridas, mas otras tantas que tuvieron que ser atendidas por las crisis de nervios que sufrieron. El ejercito mexicano y cuerpos policíacos tuvieron que desalojar la zona, por temor a mas explosiones, así que miles de personas fueron evacuadas inmediatamente y el centro fue acordonado. A solo unos minutos de que esto pasara ya muchas agencias noticiosas y televisoras hablaban de lo sucedido, de esta manera, un día y una noche que eran de festejo, se convirtieron, en una noche lamentable, el grito que debía ser de alegría, termino siendo un grito fatal de terror.
¿Cómo se puede dar un grito de libertad, cuando la inseguridad nos tiene presos?
Estos hechos son insólitos en esta ciudad, y si bien es cierto que la ola de violencia creciente en el estado había ido en aumento, no había tocado a la población común como en esta ocasión. Estos hechos no pueden pasarse por alto, y aquí hoy públicamente, TERRANOVA se une a los gritos de aquellos a los cuales callaron su voz esta noche, y de aquellas voces que se levantan para exigir justicia y pronto castigo a los responsables de tan deplorables acciones.
¡No a la ola de violencia!
¡No al terrorismo!
Atte. PAMU.
¿Cómo se puede dar un grito de libertad, cuando la inseguridad nos tiene presos?
Estos hechos son insólitos en esta ciudad, y si bien es cierto que la ola de violencia creciente en el estado había ido en aumento, no había tocado a la población común como en esta ocasión. Estos hechos no pueden pasarse por alto, y aquí hoy públicamente, TERRANOVA se une a los gritos de aquellos a los cuales callaron su voz esta noche, y de aquellas voces que se levantan para exigir justicia y pronto castigo a los responsables de tan deplorables acciones.
¡No a la ola de violencia!
¡No al terrorismo!
Atte. PAMU.
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